miércoles, 9 de diciembre de 2015

Reseña del gran escritor Leo Mazzola sobre "Los círculos del alma"

Aquí os dejo mi reseña de "Los círculos del alma", la extraordinaria novela de Elena Fuentes Moreno.
Acabo de concluir la lectura de “Los círculos del Alma”, la magnífica novela de Elena Fuentes Moreno. Quizá, cuando aún tengo las emociones a flor de piel, no sea el momento más oportuno para escribir una reseña sobre esta obra, pero es algo que necesito hacer ahora para liberarme así de esa tensión, para vaciarla de algún modo de mi ser expresando todas las sensaciones que me ha producido.
Desde el primer momento que supe de su existencia, que fue cuando su autora se inscribió en el ‪#‎IIERA‬, me sentí inevitablemente atraído por este libro, seducido por una química intangible como ocurre a veces entre las personas. Tomé la decisión de leerlo antes incluso de su presentación en el II Encuentro de Novela Romántica de Alicante.
Cuando concluí la primera parte (“Vicisitudes”) ya creía haberme formado una opinión sobre el libro y también sobre la autora, ambas muy positivas desde luego, pero equivocadas. Reconocía el gran acierto de la escritora, no sabía entonces si deliberado o inconsciente, en la estructura narrativa que había elegido para contarnos dos historias totalmente diferentes separadas temporalmente por casi un siglo de diferencia, y también por su contexto, una en el ámbito rural y la otra en el urbano.
Con gran habilidad lo había resuelto narrándolas alternativamente mediante capítulos muy cortos. Esto permitió que ambas se mantuvieran presentes en la memoria del lector aunque no tuvieran nada en común, y que el número de personajes fuera aumentando progresivamente incluyéndolos en cada una de las dos historias sin provocar ningún tipo de confusión.
Desde que me incorporé al apasionante mundo literario mi percepción al leer cambió radicalmente y de forma inconsciente además. Ahora, a través de esos textos, descubro también al autor, a ese creador de historias cuya compleja personalidad se disgrega y se traslada a sus propios personajes, confiriendo a cada uno de ellos una parte de sí mismo. Leyendo esta novela me resultaba evidente su grado de exigencia, el cuidado, mimo y especial cariño que su autora ponía en la descripción de los sucesos y sus personajes, pero también su contención, que yo intuía motivada por su afán de controlar a la perfección toda la estructura narrativa, de seguir fielmente esa compleja planificación previamente diseñada. De alguna manera ella era Julia (la madre, uno de los protagonistas principales), dibujando y construyendo los personajes y su historia respectiva con precisión quirúrgica.
Pero cuando he leído la segunda y la tercera parte del libro se han roto todos mis esquemas iniciales. Esa contención a la que antes aludía daba paso a una explosión de emociones y sentimientos, involucrándose la autora sin red alguna de protección en el devenir de las historias que narraba, ahora casi exclusivamente las de Julia y su hija Laura, con capítulos mucho más largos que antes, único modo de profundizar emocionalmente en ellas y trasladar su efecto en el lector.
Tengo que alabar también la extraordinaria documentación con la que ha elaborado esta novela, especialmente en el ámbito médico, algo que lógicamente no le resulta ajeno dada su profesión, pero también sobre la India y su cultura.
Imagino que como a muchos de los lectores, los libros que dejaron una huella indeleble en mi memoria son aquellos que leí en mi época adolescente (La edad prohibida, la insoportable levedad del ser…). Con el transcurso de los años, y dada también la consolidación de nuestra personalidad, este efecto resulta cada vez más difícil. Pues bien, yo tengo que decir que “Los círculos del alma” permanecerá siempre en mi memoria.
Quizá olvide los nombres de los personajes, probablemente también se vayan difuminando con el tiempo los textos que conforman esas historias, pero lo que nunca se puede olvidar, lo que permanece siempre en nuestro corazón, son las sensaciones que nos produjo en su momento la lectura de un determinado libro, de igual modo que recordamos un primer beso, una caricia, o un aroma, aunque jamás vuelvan a repetirse.

Y este es el caso de esta fantástica novela, que dentro de la subjetividad propia de cualquier lector, me ha resultado especialmente emotiva y conmovedora, además de magistralmente narrada. Mi más sinceras felicitaciones, y mi admiración también, a Elena Fuentes Moreno por haber conseguido engancharme desde la primera página y disfrutar tanto con su lectura.

http://www.leomazzola.com

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